Un carguero con casi 3.000 autos a bordo continuaba ardiendo el jueves cerca de un conocido hábitat de aves ante la costa de Holanda, mientras los bomberos y los equipos de salvamento esperaban a que bajen las llamas para intentar abordar al buque.
El Fremantle Highway navegaba desde el puerto alemán de Bremerhaven a Singapur cuando se incendió poco antes de la medianoche del martes, cuando estaba a unos 27 kilómetros (17 millas) al norte de la isla holandesa de Ameland, lo que desató el temor a un desastre medioambiental.
Un tripulante falleció y otros resultaron heridos en la madrugada del miércoles. Toda la tripulación ha sido evacuada del mercante.
La guardia costera holandesa indicó que “en este momento, la situación es estable». Estaba previsto que expertos de la agencia sobrevolasen la embarcación en la mañana del jueves para valorar su estado. La causa del incendio se desconoce por el momento.
El barco, que es propiedad de una armadora japonesa y transportaba 2.857 autos, incluyendo 25 eléctricos, está cerca de una cadena de islas considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que describe la zona como un importante hábitat para las aves migratorias.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos ha advertido del riesgo de incendio de las baterías de los autos eléctricos, un peligro que se deriva de la fuga técnica, una reacción química que provoca alzas incontroladas en la temperatura y la presión de las baterías.
El carguero en llamas está a unos 40 kilómetros (25 millas) de Borkum, la isla alemana más occidental de las Islas Frisias. Alemania envió un barco que roció con agua los laterales del Fremantle Highway el miércoles para tratar de rebajar su temperatura.
La guardia costera explicó que esa operación se suspendió «porque se debe evitar la entrada de cantidades innecesarias de agua. Esto pone en peligro la estabilidad del barco». Además, el incendio ardió con más intensidad cuando se enfrió la embarcación el miércoles, agregó.
Por su parte, la ministra alemana de Medio Ambiente, Steffi Lemke, dijo que no podía descartar la posibilidad de que el mercante se hunda creando «una catástrofe ambiental de proporciones desconocidas”.
Si el barco se hunde, “grandes cantidades de combustible y otros contaminantes dañinos para el medio ambiente procedentes de la carga del buque podrían contaminar ampliamente el sensible ecosistema del Mar del Norte. El parque nacional del Mar de Wadden está en grave peligro. Tenemos que evitarlo con todos nuestros recursos», afirmó.
